El origen malgache aporta cierto exotismo al cotón de Tulear. Junto a lémures, gecos y tortugas radiadas, estos pequeños peludos forman parte de los animales más populares de la isla de Madagascar. Una raza autóctona de la ciudad porteña de Toliara, antigua Tulear, a la que debe su apellido.
Un can de pelaje algodonado solo apto para la nobleza
Se dice que el origen del cotón está en un naufragio. El incidente debió de producirse a finales del siglo XV junto a las costas del sur de Madagascar. Varios perros de la raza bichón maltés consiguieron salvar su vida y llegar a tierra firme donde acabaron cruzándose con los terriers locales.
De este cruce surgió el cotón de Tutelar, que guarda similitudes con ambas razas y que desde 1970 cuenta con el reconocimiento de la Federación Cinológica Internacional, organismo encargado de reconocer y otorgar estos pedigrís.
Aunque actualmente sigue siendo un perro poco conocido en el mundo y a menudo confundido con sus ascendientes, el cotón de Tulear es una raza con solera en Madagascar. Fueron los nobles los que se encargaron de darle prestigio a este amigable peludo de mirada tierna hasta el punto que llegó a prohibirse su presencia fuera de los hogares distinguidos.
Un animal de compañía pequeño y juguetón
El cotón de Tulear no sobrepasa los 6 kilos de peso ni los 30 centímetros de altura a la cruz, siendo las hembras algo más pequeñas que los machos. Es por lo tanto una mascota apta para quienes viven en un piso pequeño y no quieren prescindir de la compañía de un animal cariñoso, juguetón y obediente.
Eso sí, hay dos reglas básicas para que la convivencia vaya sobre la seda: no lo dejes solo durante períodos muy largos y respeta los tiempos de actividad y juego si quieres que se comporte bien. Al cotón le encanta ser el centro de atención y si va con las baterías cargadas no dudará en recurrir a todo su repertorio de travesuras hasta que le hagas caso.
Cuidados y necesidades del cotón de Tulear
Uno de los aspectos más característicos de esta original raza malgache es su pelaje. Lo habitual es que sea blanco y suave como el algodón (de ahí su nombre, proveniente del término inglés cotton). No obstante, también hay ejemplares de pelaje negro, bicolor o con tonalidades cobrizas. Para que el pelo conserve ese tacto algodonoso es imprescindible el cepillado diario. Apenas te costará esfuerzo y, además, es un perro que suelta muy poco pelo.
En cuestiones de salud, no hay nada destacable. Es una raza que no presenta grandes problemas y los cuidados no son demasiado exigentes. Únicamente deberás prestar atención a la dieta porque, a pesar de su reducido tamaño, son unos auténticos glotones. Ello se debe a su metabolismo acelerado, un aspecto que exige la ingesta frecuente de alimentos pero en pequeñas cantidades. Su estómago y su boca son pequeñas, así que el grano que le des también debe serlo para evitar problemas de masticación y digestión.
¿Sabías que el cotón de Tulear es popularmente conocido como ‘el perro antiestrés’? Este peludo vivaracho llevará la alegría a cualquier hogar. Por su jovialidad y su apego, es una opción ideal como animal de compañía para adultos mayores y personas que viven solas.